10 jul 2013

Rastrum

Rastrum

Dentro de la nube de Oort era extraño como tanta confusión se ordenaba. 


La matemática, esa palabra μαθηματικά devenida de esta μάθημα, o sea, conocimiento, parecía que encajaba. Sí, conocimiento, porque era una mera construcción mental. Un nocere, un saber, un saborear. El problema es que tal invención tenía mucha relación con la realidad. Quizá la invención de sus elementos, los números, venían directamente de la representación de la cantidad. De todo esto, de cantidades, de su peculiaridad en las relaciones de unión, las matemáticas fueron la filosofía de la materia, el saborear la intangibilidad de las relaciones posibles. Solo un requisito: que al final todo fuese cifra, cero.