Duetto

Duetto

Si hablando se hace el amor, hablemos.
Si mirando se teje el deseo, miremos.
Si tocando se destila la pasión, toquemos.

Y así, de repente, sin previo aviso, después de nada, en un espacio infinitamente corto que lo ocupaba todo, el deseo movió a la razón.

Des-variatio I

Des-variatio I

Cerró su mente, como una flor en medio del viento. No había sido solo una brisa; la hierba en derredor en la que confío le había traicionado. Ella era una flor no de arena (voló ante la sequía), ni de hierva, tampoco sabía de qué. Aun cuando se posó sobre tierra fértil, el viento fuerte azotó sus anteras y filamentos, su corola, sus sépalos. No era solo un viento, era un huracán, una fuerza hostil y usurera, glotona, criminal. Después de la tormenta, con sus pétalos separados, dañados hasta lo más subcortical y reptiliano posible, casi habiendo perdido su esencia, oscurecida, manchada, intoxicada, fragmentada sin saberlo, la tierra amar-ró su tallo esperando un milagro de amor.

Femenino sin plural

Femenino sin plural

"...me llenas, me vacías, me desarmas" 

Rosana

¿Y si fuera una novela? 

Ya. Ya todo el mundo da por sabida las tramas, especialmente las románticas. Quizá si fuéramos adolescentes... O mantuviéramos ese espíritu pueril e ingenuo. Quién sabe. La dificultad de un encuentro, el meollo que es continuar, para después ¿qué?

Lo que está claro es: la gran diferencia. Digo "la gran diferencia", porque en un mundo bisexual, siento un cierto aburrimiento por la carencia de diferencias. Sin polémicas, pues nada más es una elección de objeto (como diría Segismundo).

Ellas acaparan gran parte de su energía para mostrarse pasivas. Esa constitucional receptividad, esa biología tan particular y fantasiosa, de tener un organo consistente en recibir otro algo exterior. Es impensable saber qué es que tu estructura, tu biología, sea el esperar un objeto extraño que te invada, que te llene y especialmente, que te vacíe. Curioso, como si vaciar fuera un algo, y claro que lo es, es deseo. Deseo del anhelo de lo lleno, de lo completo, aun cuando sea mentira que falte algo. No hay un más y un menos entre mujeres y hombres, no es que a la mujer le falte algo, tampoco nada. Es más bien la subjetividad de lo que se ve y no se ve. Fácil es, entonces, ver más en el otro y por tener algo distinto menos aparente, no tener.

Y así, ella, desengañada de relaciones -siempre vencida-, siempre vencía en el amor con su huida. 

Cada uno se posiciona a su manera. Si tu receptividad te convierte solo en un objeto, el amor será efímero. No habrá ni lucha ni constancia. Solo serás amado pero no amante. Sí, objeto porque es un dejar ser utilizado, y aun cuando forma parte de todos -de nuestra fantasía-, en algún momento tenemos que ser acción, esa virtualización que es ser persona y ver que hacemos con ese objeto propuesto.

Requiem

Requiem

Si escribes jocoso y alegre, posiblemente te lean, sonrían y continúen leyendo. Si escribes melancólico o triste, nada es seguro y en tal caso, la tinta se diluye o la pantalla oscurece. El humor es un deseo puesto en palabras, un escurrir inconsciente permitido; la melancolía, la tristeza, el trasfondo castrante del vivir, son los surcos del alma, lo inevitable y precario del ser. Unos nacen sonriendo, otros, llorando, pero el contar del tiempo nos lleva al recuerdo simbólico que es la muerte, porque matarte... solo lo hace la vida.

A Piacere

A Piacere

Quizás todo fuese al revés. Quizá el tiempo y el espacio decantaron en movimiento y eso provocó la existencia. Lo que sí está claro es que todo esto es un juego mental en busca de control. Probablemente la parsimonia del universo es tan solo espacio. El tiempo es siempre consustancial a algo más. Todo lo que conocemos es una incognita asociada al tiempo. Un tiempo atemporal, sin ritmo, fluctuante, caprichoso, lábil, y por eso mismo, inexorable.

Motivo

Motivo

Por aquellos pasillos de la biblioteca cósmica, repletos de informes informaciones, que adquirían forma a traves de mí, sentía el capricho de la proporción y de la simetría. En alguno de esos libros, se exponía una filosofía de vida, de ciencia, de arte, donde a algunas asignaciones numéricas no les quedaba más remedio que ser bellas. El modelo de la energía, proporcionaba la clave sobre la belleza: cuando era capaz de una constancia fija, de una supervivencia y de una iteración, emergía la causa y de tal causa una percepción de orden. Es de ahí que la complejidad entre a formar parte de la vida de la estética que contemplaba yo en todo ese espacio.

Afinación

Afinación

Su insipiencia, su gran culpa; obstinada y persistente marea de errores, de credulidades, de certezas. Era lava emergente de sus entrañas arañadas. Una narración en pasado, en voz activa de un sufrimiento pasivo. El llanto, reclamo de una satisfacción; y el encuentro con el presente, todo un desastre. A sus años, la bondad del Otro se le escapaba. Perverso disfrute el de repetir el sufrimiento. Su córnea oscurecida, su propiocepción alterada, su vida consumida... 

Nada era capaz de acrisolar tal desventura.

Y pensar que el punto de vista, nuestro interpretar del mirar, es calidad de vida. Y eso otro que todo lo causa, ¿qué habré hecho yo con él?