10 nov 2013

Alícuotas

Alícuotas

Y entre galaxias se mantenía la proporción. 

Pasado por el tamiz del artificio, el sonido fue dividido en partes que pudieran dar como resultado la capacidad de conducirse hacia el infinito, la apertura era posible por las muescas direccionales de sus diferencias constitutivas, que saltaban en la ambigüedad, para ser distintivas en la certeza. 

Entre galaxias, el sonido era la expresión matemática capturada por la evolución del tacto. El temperamento bachiano era una de las modalidades del alfabeto de comunicación. La fuga, una expresión de la recursividad y de la semejanza, un rompecabezas lleno de piezas de la misma forma, de distinto tamaño, de infinito nivel, como si Escher hubiese dibujado la cúpula celeste y Bach le hubiera dado dimensiones.

Entre galaxias, la música era paradójicamente el intangible alimento de la contrectación.


8 nov 2013

Prolongación del sonido fundamental

Prolongación del sonido fundamental


Miré mis manos, alcé la cabeza para mirar el cielo y lo comprendí. Noté mi subjetividad como un programa que corre por un ordenador. Sentí mi cuerpo como si otra entidad, otra aplicación, me hubiera escrito como un archivo. Soy un archivo con bases de carbono, que es ejecutado mediante el oxigeno, aire y otros subproductos, replicándome a cada instante. Células que ejecutan el refresco de mí mismo, en la interfaz del universo, llevadas por ese ente inasible. 

La energía, con el tiempo y el d-espacio, es el recurso para crear los distintos códigos, lenguajes y programas de todo lo que existe. Con el lenguaje de la matemática, de la coherencia, de la inclusión. Todo es un programa de prolongación. Un prolongama. A veces hay una aplicación para el hidrógeno o helio, otras, una combinación de la unidad básica emergida de la programación, de la interrelación de paquetes de energía que se aglutinan. Desde donde escribo, solo observo una vulgar imitación del sistema operativo que es el cosmos.