22 ago 2015

Folie à deux

Aquende del destino, ella había hallado excusas para su inocencia. Nunca se le ocurrió pensar que para sostener una mentira, necesitaba otras veinte; o que la verdad no se iba con el tiempo. El amor, esa energía inflacionaria de condensación, único modo de no perecer al desmembramiento deflacionista, era junto con la constante del límite, el único punto de referencia para no fragmentar su yo causado por la evitación de la responsabilidad y del dolor psíquico. Deseo devorador de sueños, sueños rotos por el deseo.

Pauta

Dende, recordó, remembró que, parte de la existencia era una constante multiplicada por la frecuencia.   La discontinuidad había aparecido en la historia de su pueblo al descubrir el salto de un lugar a otro y pensó en abandonar. 6,62 por 10 a la -34, multiplicabas tu frecuencia y sabias la energía para tal discontinuidad. No sabía si eso servía para el amor; si el amor era discontinuo y tenía saltos hacia otros niveles de energía, pero de algún modo, la relación estaba clara: en su visión antrópica, el universo evolucionaba inflacionariamente mientras se expandía. Óslip presentía que alguien estaba resolviendo esa contradicción.