31 mar 2013

Multicontrapunto

Multicontrapunto 


Pero no todas las naves tenían la misma suerte. Su propia constitución neuronal y bioquímica, los procesos sufridos durante su construcción, la presión del exterior, el acondicionamiento adecuado... Algunos de los científicos que interactuaban en el nivel de las naves nodriza sabían de la importancia de la especial conexión que era necesaria para que la nuevas naves llegasen a buen puerto. No era todo tan fácil cómo una sola energía destinada a la impulsión motriz. Era pues, necesario, una ingente cantidad de energías que arropasen a la nueva nave, que la conformasen, que la constituyesen, que pudieran ceder sus sistemas en apoyo y sostén de esta nueva precariedad.


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