28 mar 2015

Perla

Perla

Ella dejó su tiara de princesa para cabalgar por la oscuridad de la noche, entre etílico y humo, entre música y risas. El sol salió del mar al alba y quizás ella, cansada y animada, encontró a Morfeo ebrio de poder, fascinado ante su agotamiento y la cautivó, la desarmó en la forma más incúbica posible, troceando así su espíritu. Cada pedacito formó desordenadamente un fragmento de sueño, un sentido sinsentido sí sentido y metabolizado; por eso los sueños hechos están del cristal quebrado de los pensamientos; por eso, de conseguir juntar nuestros deseos son deseo; por eso, en sueños nos soñamos.

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