30 oct 2015

La Luna y Aldebarán

Ficare no había llegado al avance tecnológico suficiente para moverse dentro de un agujero negro. El problema de los límites del universo y de la formación vibrante estaba -más allá de la concinidad y la antropía- en que, en el caso de la existencia de otros universos, debía haber algún tipo de interacción con el universo conocido. La interrelación de multiples big bang iniciales tenía que dejar una huella en cada sistema, con -posiblemente- distintas cualidades y distinta constante cosmológica, pero con sincronía. La expansión mostraba especialmente que lo más próximo estaba muy distante. A pesar de todo, en cada biblioteca parecía que la solución podría aparecer ante las circunstancias apropiadas. Hoy, Aldebarán y la Luna, conjuncionan.

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