19 oct 2015

Repetición

Lejos del brillo de Antares y Aldebarán, enviado cerca del grupo local, entre las Nubes de Magallanes, ante la resistencia del comité de Libria, Óslip vuelve a entrar en fase. Su estado de correspondencia entre su pensamiento y su ser, moviliza la energía somática conforme al número de vibración que le corresponde. Percibe su cuerpo, cada parte por partes en una primera aproximación al estado de resonancia. Sus sienes, el cuero cabelludo, el cráneo, son distensionados; el toro supraorbital, la cresta sagital, fragmentos de una animalidad primaria dulcificada por un pensamiento reflexivo y flexible, aumentan su calor. Los pies, su espalda, de nuevo las sienes. Histéresis de lo que él es, pero que llega en el momento idóneo aun a pesar de la bahorrina de su mundo. 

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