Él encontró partes de su vibración cerca de la montaña mística, en la nebulosa de Carina. Óslip, con su barba en dos capas, su cráneo similar al de algunos monjes de Ters -la cresta sagital-, el toro supraorbital, su fuerza resiliente, nacido en la penumbra cognitiva en medio de una revuelta simbólica en un día maestro de la primer fase de su estrella, cuando la vida abrió su senda, era más que nada, curioso.
24 abr 2015
Doble barra.
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