12 abr 2015

Polifonía dimensional

Mucho más lejos de allí, el IRAS F11119 + 3257 -un núcleo galáctico activo- había expulsado           ingentes dosis de radiación electromagnética mientras consumía incesantemente gas. Esto suponía la proyección de grandes cantidades de información al extremo de esa galaxia. Óslip había intuído desde su enclaustramiento forzoso, que dicha información proveniente del agujero negro correspondía de otra dimensión, la quinta. 

La quinta dimensión estaba abierta, muy al contrario que las anteriores cuatro. La primera, el tiempo, se mostraba infructuosa sin el espacio. Aunque el tiempo y el  espacio eran masculinos, su simbolismo numérico era de dos, femenino y genitivo. El tres -el volumen-, conjunción de tiempo y el espacio. El tres era el encuentro del Otro, la cosa parida, nacida de dos. Tres era ya una construcción tangible, visible y claramente audible. Este tres debía su procedencia al dos, pero sólo en sinergia con el cuatro llegaba a configurar sus tendencias características que biunívocamente conformaban el paradigma de Ficare.



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