3 abr 2015

in Ters

In Ters 

Su alma respiraba a seis. Mediador y conciliador, ahora lo llevaban a Ters o lo que había quedado de ella.

Allí, habían perdido parte del contenido símbolo de su lenguaje en cada nueva etapa de ficare. Cada avance pseudoobjetivo era una pérdida de sentido en la subjetividad. Se fue perdiendo la concepción de responsabilidad por el de autor de los hechos, mutado en víctima y objeto para el Otro.

Entró en el edificio principal del hemisferio norte del planeta, acompañado por ocho lemniscatos, como si el número del guerrero fuera a protegerlos. La estética inundaba todo ante el contenido vacío de las estancias estancas; y el olor séptico de su asepsia se camuflaba entremezclado con ferhormonas femeninas, como si el dos fuera a compensar la devastación provocada por ellas y llevada a cabo por ficare.

No hay comentarios:

Publicar un comentario