4 may 2013

Más allá de Ficare

Más allá de Ficare

Ella se levanta. No tiene más de 13, 14 o 15 vueltas a la estrella de su sistema. Se levanta pronto, todavía lleva poco en el mundo nuevo marcado por el cambio; marcado desde el principio. Ayer fueron las uñas; hoy, pronto, perfila sus ojos, peina sus pestañas, colorea su cara, pinta sus labios. Piensa en: qué toca hoy -nada fácil (o sí)- falda, pantalón, camisa, camiseta, blusa, vestido. Pelo suelto, cola de caballo, recogido, trenzado. 

Llega a clase. La ciencia y el boato que le acompaña, hoy, mediodía, van a aumentar la diferencia.

Hormonas se interponen y someten. Ella, no va a necesitar pensar. Ella, linda como una flor por abrir, va a estimular la escopia del diferente y más adelante cogerá su atributo y lo convertirá en tacón, en sí misma. Mientras, ficare habla de testosterona, del pensamiento en la diferencia durante una vuelta del planeta alrededor de su eje. Ella no necesita pensar, solo piensa en que piensen en ella. Su dulzura o su desafío, siempre jugando en el borde, con el borde de la ley. Ella no piensa, seduce(1).


1. Seducir, del latín seducere. Ducere=guiar, conducir.




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