13 abr 2013

Contraexposición

Contraexposición


"Lo imposible, siempre tarda un poco más."
                                                                                                                  Anónimo



Rodeados y creados de bases de carbono, habían emergido de la extinción de los más grandes. En este sistema, la información estaba empaquetada en una doble o cuadruple hélice y tan solo cuatro bases desarrollaban la información: timina (T), citosina (C), guanina (G) y adenina (A). 

Pero siempre había un ángulo ciego. Los intrones, regiones enteras de las cápsulas de germinación y replicación dentro de las hélices, tenían funciones desconocidas, donde la hipervariabilidad era su constante y se ponía en juego el concepto de plasticidad infomacional.


La inercia del Cosmos modeló en hélice, después de que en anteriores intentos nada resultase. La hélice suponía una ventaja con respecto a cualquier otra forma. Su regularidad habla de la facilidad con la que puede extenderse recursivamente sobre sí misma y por otro, y de manera igualmente genial, está doble o cuadruple hélice difícilmente podría darse la vuelta. A salvo de la simetría, la inercia del movimiento había evolucionado hacía una forma estable, estructural y mantenedora, de las instrucciones para nuevas formaciones, no ajena a la mutabilidad y variación.




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