- ...Es qué me han educado así.
- Ya, pero exageras...
- ...Qué no, qué no puedo hacerlo. no insistas.
- Vamos, consiste en coger el mando y...
- No y no. ¿Qué opciones tengo?
Además, todo lo que aparece me muestra, me manipula, y me gusta que me digan que debo desear, aunque después no pueda hacerlo o sea mentira.
- Opciones tienes muchas. Pero veo que tienes razón. Podrías ser libre de decidir, pero tendrías qué apechugar con las consecuencias. No insisto. Sigue con la tele. Me voy al parque a leer un libro.
Los dos encontraron su carcel y su paraíso.
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