Nota de paso
De la singularidad a la nada, o más bien, al revés.
Los habitantes de Ters creen en su singularidad. Organizados en conglomerados, han llegado al punto de la contracción. Todavía en crecimiento residual, su multiplicación imparable se frena.
Ters responde a condiciones amables del Cosmos. En el nivel del autopensamiento, todos los esfuerzos de singularidad subjetiva se están agotando. Localizados, constreñidos, etiquetados, rotulados, marcados por el control, buscan en la imagen, en la ciencia exterior, algo que les haga igual, pero distintos; objetos sujetos en busca de subjetos sujetos.
Los científicos de Ters, entrando en una espiral egocéntrica, malemplean el salto cuántico, conseguido en la transición de la utilización de lo inorgánico para medios pensantes. Progresivamente despojan a cada sujeto-objeto, su contenido único. Sumergidos en esta confusión devenida de la más abstracta e inexistente construcción a partir de la teoría de la cifra(1) [cifra o cero], la cantidad se erguía como cualidad. De no ser más que una mera descripción, la aritmética, ayudada por estocastos, paso a ser el medio más poderoso de predicción -aunque todo fuese falso-.
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